
Hablar con tus proveedores de cuidado de salud puede ser difícil. Si tienes suerte de haber tenido la oportunidad de desarrollar una buena relación con tu médico, partera o enfermera especializada antes y durante el embarazo, será más fácil hablar con ellos durante tu visita o visitas posparto.
Desafortunadamente, a veces suceden cosas que dificultan que confíes en tu proveedor de cuidado de salud. Algunas personas tienen malas experiencias en las que son desatendidas, menospreciadas y, en algunos casos, incluso ignoradas. Las personas de color y las parejas del mismo sexo pueden estar en riesgo adicional debido al prejuicio, lo que significa que podrían ser tratadas de manera diferente debido a quiénes son, aunque los proveedores no sean conscientes de que lo están haciendo. Es posible que las mujeres no sientan que sus proveedores de cuidado de salud confían en ellas. Hay mucho trabajo que hacer para eliminar el racismo, las críticas por el peso, las interpretaciones culturales erróneas, las disparidades en el idioma, la homofobia y otras formas de prejuicio.
El cuidado que reciben las mujeres después de tener un bebé es importante. Mereces ser escuchada y respetada. Si no deseas ver a un proveedor específico, está bien que pidas ver a alguien diferente. Es necesario construir el sistema de cuidado de salud para cuidar a las mujeres. Hasta que el sistema mejore, las madres deben abogar por sí mismas. Puede ser útil llevar a tu pareja o a una amiga o amigo que pueda ayudarte a obtener lo que necesitas de tus proveedores de cuidado de salud.
Sé honesta durante tu visita. Es importante compartir cosas sobre tu vida y tus relaciones en el hogar y en el trabajo, ya que son parte de tu salud y bienestar. A veces a las mujeres les preocupa que su proveedor no esté interesado o que esta información realmente no importe. Pero proveer información detallada sobre tu situación social, emocional, física y financiera, ayuda a un proveedor a obtener el panorama completo de lo que te está sucediendo, para que realmente pueda ayudarte. No tengas miedo de mencionar que sientes dolor o que algo te está molestando, incluso si te da vergüenza. El trabajo de tu proveedor es ayudarte a sentirte mejor, y él o ella está obligado a proteger tu privacidad.
¡Haz preguntas!! Las visitas médicas pueden ser abrumadoras y a veces incluso el proveedor de atención médica mejor intencionado puede presentarte demasiada información, demasiado rápido y en términos complejos. Está bien hacer preguntas y debes sentirte cómoda haciendo tantas como necesites para entender los consejos que te ofrecen.
Pídele a los miembros del equipo de cuidado de salud que te expliquen lo que dicen de manera sencilla si están hablando en lenguaje médico. Está perfectamente bien decir: “Lo siento, simplemente no entiendo bien. ¿Puede explicarlo de otra manera?” A continuación, repite la información a tu proveedor. Esto te ayudará a aprender, y también le ayudará al proveedor a saber si entendiste. ¿Y si no lo entiendes todo? Eso también es perfectamente natural. Es posible que tu proveedor necesite repetir la información de una manera diferente para que sea más clara.
Asegúrate de que tu proveedor de cuidado de salud haya entendido lo que le dijiste. Por ejemplo, si hablas de una preocupación, como un bulto en un seno, y el médico no le da importancia, no tengas miedo de volver a mencionar el problema. Sabemos que, en muchas ocasiones, los proveedores tienden a querer decirles a los pacientes que las cosas están bien, y las pacientes a veces sienten que este intento para tranquilizarlas ocurre demasiado pronto. Está bien decir: “No estoy segura de que haya oído lo preocupada que estoy por esto”. Si haces hincapié en tus preocupaciones, tu proveedor puede explicar su razón para tranquilizarte y hablar más sobre el problema. Necesitas que te oigan, que te escuchen y te traten con respeto.
Trabajen juntos. Es importante trabajar con tu equipo de cuidado de salud para obtener el mejor resultado. Si el médico te recomienda un tratamiento, comparte tus preocupaciones sobre posibles efectos secundarios o pregunta sobre otras opciones. Esta es una manera de colaborar activamente con tus proveedores de cuidado de salud para tomar decisiones sobre tu tratamiento que tienen más probabilidades de funcionar. No tengas miedo de pedirle que te ayude a entender tus opciones.
¡Finalmente, nunca te rindas! Si necesitas ayuda, a veces las mujeres necesitan exigirla. Si sabes que algo no está bien, habla una y otra vez. No debería tener que ser tan difícil, pero puede serlo. Tu vida y tu salud importan. Pide apoyo al equipo de cuidado de salud hasta que obtengas lo que necesitas.