
Mientras tu cuerpo se está recuperando, puede ser más vulnerable de lo habitual a ciertas infecciones después de tener un bebé. Algunas infecciones posparto en realidad comienzan durante el parto, aunque a menudo no son evidentes durante días, o incluso semanas, después del mismo. Las infecciones comunes incluyen las vías urinarias, el útero (endometritis), los senos (mastitis) y problemas alrededor de las incisiones, como los que ocurren tras una cesárea. Las infecciones virales, como la gripe, pueden ser muy peligrosas para las mujeres en el período inicial después del parto. Muchas infecciones van acompañadas de fiebre, escalofríos o una sensación general de enfermedad o malestar, y a veces estos son los únicos síntomas obvios. Otros síntomas a tener en cuenta incluyen:
- Dolor en la parte inferior del abdomen, fiebre baja o secreción con mal olor, o loquios (señales de endometritis).
- Una zona roja dolorosa, dura y caliente al tacto (generalmente solo en un seno) y fiebre, escalofríos, dolores musculares, fatiga o dolor de cabeza son signos de una infección mamaria llamada mastitis.
- Enrojecimiento, secreción, hinchazón, calor o aumento de la sensibilidad o dolor alrededor del lugar de la incisión o herida (ya sea una incisión de una cesárea, una episiotomía u otra incisión) o una herida que parece que está empezando a separarse.
- Dificultad o dolor al orinar, la sensación de que necesitas orinar con frecuencia y con urgencia, pero orinas poco o nada, u orina turbia o con sangre son señales de una infección del tracto urinario.
- Los dolores de cabeza o corporales, la congestión, la tos y la sensación de malestar general también podrían indicar que tienes gripe o una enfermedad similar a esta.
Si crees que podrías tener una infección, comunícate con tu proveedor de cuidado de salud. Las hormonas del embarazo y el estrés de cuidar a un nuevo bebé dificultan que tu cuerpo luche contra la infección, por lo que es importante que te traten rápidamente.
Las cosas que podrían ayudar:
- Si tienes una infección, entonces tu proveedor de servicios de salud puede recetarte antibióticos para tratarla. Asegúrate de informar a tu proveedor si estás amamantando al bebé porque eso puede influir en qué medicamentos te recomiendan.
- Es importante que compartas cualquier preocupación o barrera para tomar medicamentos con tu equipo de cuidado de salud. Por ejemplo, muchas familias encuentran que el transporte y las finanzas (como los copagos de los medicamentos) son un desafío en el cuarto trimestre y más allá. Cuando compartes estos obstáculos, entonces el equipo que te atiende puede ayudarte a desarrollar un plan para que recibas el cuidado que necesitas. Si llegas a la farmacia y descubres que un medicamento que te han recetado es demasiado caro, comunícate con tu equipo de cuidado de salud para elegir un medicamento diferente o pregunta si hay una marca genérica.
- Los antibióticos orales que se toman en casa suelen ser suficientes para eliminar las infecciones, pero en algunas situaciones, es posible que necesites ir a una clínica o a un hospital. Por ejemplo, es posible que necesites medicamentos o fluidos por vía intravenosa o una cirugía menor para reparar una herida. Si estás amamantando, pregunta si tu bebé puede quedarse contigo; si no, pide una bomba para extraerte leche y úsala cada 2-3 horas para que puedas evitar contraer una infección mamaria o perder tu suministro de leche.
- Considera la posibilidad de vacunarte contra la influenza como medida preventiva y pídele a todas las personas que estarán en contacto frecuente con tu bebé que también se vacunen.
- Probablemente comiences a sentirte mejor a los pocos días de comenzar con los antibióticos, pero es importante tomártelos todos. Este es el caso incluso si los síntomas desaparecen. Pregúntale a tu proveedor de servicios de salud cuánto tiempo debes tomar el medicamento para que sientas mejoría, y asegúrate de hacerle saber si no parecen estar haciendo efecto en ese período de tiempo.
- Si te sientes peor, en lugar de mejorar, después de comenzar con los antibióticos, llama a tu equipo de cuidado de salud. Es posible que estés tomando un antibiótico que no está funcionando para combatir la infección.
- Cuando no te sientas bien (y cuando estés sana), toma muchos líquidos y descansa lo más que puedas.
- Si te sientes mal y tu proveedor de servicios de salud no te está tomando en serio, ¡NO TE RINDAS! Las infecciones pueden ser muy graves.
Recursos que puedes explorar: