
Las nuevas madres reciben muchos consejos, de la familia, amigos, incluso de completos desconocidos, acerca de cómo manejar la maternidad. Casi todo el mundo tiene experiencia personal como madre, padre, tía, tío o hermano, y todos han sido un bebé. Para cada persona, estas experiencias son profundas, y puede ser difícil desenredar todos los consejos. Eso sucede con la familia y los amigos, y también puede suceder con los proveedores de cuidado de salud, que pueden hacer sugerencias basadas en su experiencia personal, en lugar de la evidencia científica.
La realidad es que diferentes enfoques funcionan para diferentes personas, y hay un montón de “respuestas correctas” sobre cómo criar una familia. Tenlo en cuenta al recibir consejos y ayuda de otros. Algunas sugerencias serán exactamente lo que necesitas, y otros no serán adecuados para ti. Tú eres quien sabe lo que necesitas: toma lo que funciona y deja a un lado lo que no.
Las sugerencias que funcionan pueden ser útiles e incluso cambiarte la vida. Otras veces, los seres queridos no reconocen que sus ideas, preocupaciones y prioridades no coinciden con las tuyas. Esta desconexión puede ser frustrante y emocionalmente agotadora. Las opiniones contradictorias también pueden disminuir tu confianza. Es complicado tener conversaciones difíciles además de estar en el cuarto trimestre.
Todo el mundo está experimentando un cambio, y eso puede ser algo increíble. Este es el comienzo de una nueva fase de sus relaciones. Mientras más puedan trabajar todos para escucharse unos a otros, mejor. En última instancia, las mujeres importan y deben ser honradas y protegidas.
¡Tienes más poder del que piensas! Hay maneras de abordar educadamente los conflictos, decir “no” y defenderte a ti misma y al bebé. Aquí hay cosas que debes tener en cuenta a medida que manejas a personas entusiasmadas y potencialmente nerviosas o dominantes.
Las personas en tu vida no pueden leer la mente. Lo que ellos creen que es útil podría no serlo. Las cosas que solían hacer que eran útiles puede que ya no lo sean. Tener claro lo que necesitas y por qué es un paso importante hacia el entendimiento y respeto mutuo y la gratitud. Y si estás en una posición en la que no sabes lo que necesitas, ¡dilo también! Trata de hablar tan pronto puedas, para dar forma al curso de acción en torno a tus necesidades y preferencias. De esta manera, no se hieren o se minimizan los sentimientos. Las personas se sienten bien cuando la gente se percata de lo que ESTÁN haciendo. Todos queremos ser útiles y apreciados. La validación y las gracias pueden reforzar el comportamiento positivo.
Otras personas tienen sus ideas de lo que es “correcto”, y eso puede reflejar lo que a ellos le enseñaron. Además, la comprensión médica y las prácticas recomendadas cambian con el tiempo. Hace una o dos generaciones, a las familias se les daban consejos muy diferentes sobre los asientos protectores en los automóviles, la alimentación, el sueño y más. Puede ser incómodo que los abuelos sientan que lo que hicieron por ti no era “correcto”, dado lo que sabemos ahora. Puede ser útil preguntar cómo era la crianza de los hijos para ellos, qué consejo les ayudó y qué no, y cómo hay más de una “respuesta correcta”.
También eres un individuo especial. Cada bebé es único. ¡Tu te conoces mejor a ti misma y a tu bebé! A veces, las opciones y acciones de los demás te fortalecerán, otras veces puede ser mejor lidiar con esto al permitir variaciones menores de tu ideal, y otras veces, es posible que sea mejor intervenir. Depende de ti. Explicar lo que piensas puede ayudar a la familia, los amigos u otras personas a entender que lo que están haciendo no es útil. Entonces, todas las partes podrían reflexionar sobre cómo esto está afectando su relación. Si los encuentros problemáticos siguen ocurriendo, decide qué desacuerdos es mejor tolerar y cuáles realmente importan. Tu pareja o alguien que te esté apoyando debería ser parte de esta historia, por lo que construir una comunidad de apoyo real no solo depende de ti.
Un ejemplo de posible ayuda o conflicto son las visitas en el cuarto trimestre, ya sea en la unidad posparto o en tu hogar. Una visita que dé apoyo es genial si te traen alegría, hacen tu vida más fácil, o son al menos neutrales a tu experiencia. Si no lo hacen, entonces es hora de una conversación con tu pareja o persona de apoyo para obtener su ayuda, y que esa persona se vaya o establecer límites. A veces puede que no haya muchas opciones si necesitas ayuda y eso es difícil. Deberías ser respetada. Las otras personas deben seguir atentamente tus indicaciones sobre cuándo estar cerca y de qué maneras pueden ser útiles. Así que, ¡envía a la gente de vuelta a casa o pídeles que vengan! Lo que se necesita variará según la madre y la situación.
¿Has desarrollado un plan posparto? Esto puede ayudarte a explicar quién deseas que te ayude, cuándo y cómo, aún antes de que llegue el bebé. Lo más probable es que ya sepas qué familiares y amigos serán útiles y cuáles no. ¡Asignar de antemano roles a las personas podría ser una manera de tener a tu alrededor la comunidad que necesitas!
¿No tienes un plan? No te preocupes, todavía puedes usar estas preguntas y herramientas para ayudarte a lidiar con el cuarto trimestre ahora mismo.