
Los senos crecen y cambian como parte de la preparación del cuerpo para alimentar a tu bebé. Esta es una parte del ciclo reproductivo para las mujeres. Si no has notado ningún cambio en tus senos, como un aumento de tamaño, en el transcurso del embarazo y el nacimiento, entonces habla con tu equipo de cuidado de salud. Esto puede ser un factor de riesgo para los problemas de producción de leche. Los senos generalmente se agrandan durante el embarazo, y después del nacimiento, producen calostro y luego leche. Los cuerpos de las mujeres son increíbles, pero los problemas con los senos y la lactancia materna pueden ocurrir y ocurren.
Las hormonas indicarán a tu cuerpo comenzar la producción de leche. Durante los primeros días después del nacimiento (y a veces antes del parto), es posible que notes que se puede extraer una sustancia espesa y amarillenta de los senos. Esto se llama calostro. Por lo general, su leche madura se producirá en el segundo o tercer día. La sección sobre la alimentación del bebé detalla información sobre la alimentación infantil. Mientras la leche se extraiga de los senos, seguirán produciéndola. Cuando la leche no se extrae a través de la lactancia materna o con una bomba o máquina, la producción de leche disminuirá y eventualmente se detendrá.
En los primeros días después del nacimiento, los pezones estarán muy sensibles. Eso es causado, en parte, por los rápidos cambios en las hormonas que conlleva dar a luz. Esa sensibilidad adicional provee retroalimentación sobre cómo colocar a tu bebé: si sigues sintiendo molestias 20-30 segundos después de que tu bebé se prende o se “pega” al seno, esa es una pista para ajustar la posición de tu bebé hasta que sea cómodo para ambos.
También puedes notar dolor en el vientre, como calambres menstruales, cuando tu bebé está succionando. Estos se producen cuando las hormonas que liberan leche causan que el útero se acalambre, ayudando a reducir el sangrado. El ibuprofeno, 600 mg hasta cuatro veces al día, puede ayudarte a lidiar con la sensación de calambres.
Las madres que están separadas de sus bebés, incluyendo los bebés que están hospitalizados, y quieren dar a sus bebés leche humana pueden comenzar a extraerse la leche para crear una reserva. Muy a menudo esta leche todavía se le puede dar al bebé. La información de esta sección también puede ayudar a las mujeres que en mayormente se extraen su leche para sus bebés.
Cuándo buscar ayuda
Si experimentas dolor, baja producción de leche u otros síntomas, ponte en contacto con tu equipo médico.
Un médico, una partera, enfermera, consultora de lactancia o madre consejera puede ser más útil para obtener asistencia adicional. Un profesional de la lactancia puede ofrecer orientación para ayudar con el posicionamiento del bebé, que el bebé se prenda, entender mejor la fuente de cualquier molestia, y esbozar las posibilidades de tratamiento. Incluso si todo va bien con la alimentación del bebé, un profesional de la lactancia puede ayudarte a ti y a tu bebé a tener un buen comienzo. Los grupos comunitarios sobre la crianza, los departamentos de salud, las clínicas y los pares, como otras madres, son recursos adicionales que pueden estar disponibles para ti.
Una cita de lactancia puede incluir preguntas sobre tu historial de lactancia materna, tus metas de alimentación actuales, patrones de lactancia materna/extracción de la leche, experiencias de nacimiento y posparto, las formas en que sientes dolor, examen de tu bebé, un examen de los senos y una sesión para observar la lactancia materna/el proceso de extraerte la leche.