
Durante el embarazo, la placenta produce las hormonas estrógeno y progesterona. Alguna de esa progesterona cambia en una hormona llamada alopregnanolona, que se une a un receptor en el cerebro llamado GABA. El receptor GABA te relaja – es el mismo receptor al que se unen el alcohol y medicamentos como Valium. Durante el embarazo, las madres están esencialmente nadando en hormonas de relajación. Con el nacimiento de su bebé, la progesterona y la aopregnanolona desaparecen – y con ellos, la relajación inducida por GABA. Los niveles de progesterona suelen descender drásticamente el mismo día en que la leche materna cambia de calostro amarillo miel a leche que fluye rápidamente. Ya en 1875, los médicos notaron que las madres tenían cambios de humor alrededor de la época en que aparecía la leche: “Esto se llama ‘fiebre de la leche’, y coincide con el comienzo del flujo de leche”. Alrededor del 80% de las madres experimentan la “tristeza posparto”, conocida en inglés como “baby blues”, en la primera o segunda semana después del parto, y es probable que la pérdida de esa alopregnanolona calmante juegue un papel, según sus cerebros se ajustan a la nueva normalidad.
Para otras madres, el cerebro tarda más en ajustarse y lidiar con las interrupciones del sueño, la recuperación del parto y descifrar cómo calmar y cuidar a un recién nacido. Si la “tristeza posparto” se intensifica durante los primeros 10-14 días, es posible que estés desarrollando depresión o ansiedad posparto, que afectan a una de cada ocho madres. Si estás atravesando por esto, sabes que no estás sola. No tienes la culpa. Y con ayuda, mejorarás.
Recursos adicionales para explorar (*en inglés):